
Las
redes sociales avanzan al mismo paso agigantado que la tecnología y, quien hoy
no corre, vuela. No hay mejor forma de expresar en una frase que aquí nadie se
duerme, que hasta el más callado sabe criticar si es en un inocuo tweet. Las
apariencias están inequívocamente a la orden del día y
el menú pasa antes por la letra que por los platos. Sí, todo el
mundo sabe que aparentar es una cosa y ser/tener es otra, pero a nadie le da
por asumir la perogrullesca situación de estar pudriéndonos poco a poco entre bolsos de marca "low
cost" y road trips que vienen a costar un riñón y medio del otro. Siempre
y cuando sea en una foto natural claro. Y no me estoy refiriendo a publicar tus
zapatos nuevos, me estoy refiriendo a enseñar esos zapatos que están años luz de lo que
hubieses comprado si no estuvieran de moda, o como dicen los entendidos, si no
fueran un must de temporada. Pero es así, ahora lo que vale es eso, apariencia,
ya nos lo advirtieron. ¿Qué clase de satisfacción dará compartir algo que ni
por asomo has descubierto tú, has investigado o que ni aún que saliera de
debajo de las piedras te hubieras fijado? Jamás lo llegaré a entender, la gente
ya no diferencia entre innovar o copiar, y ya ni tan siquiera entre inventar o
hacer que inventas. ¿Inspirar? ¿Qué es eso? Tanto nos creemos añadiendo
palabras trendy a nuestro vocabulario y ni nos preocupamos de mantener el
significado de las que ya tenemos, que algún día se ahogarán por desuso entre
tanto contenido vacío y falta de ortografía. Y aún algunas se atreven a decir
eso de "renovarse o morir", mientras empiezan ya a ponerse pálidas. Lo
peor es que son el supuesto ejemplo a seguir, pero entonces, ¿quién debería ser?
Y aquí viene nuestro destino ineludible, porque tal información es tan fatal
como que jamás llegaremos a conocer el supuesto ejemplo, está tan escondido
entre agujas que ni tiene tiempo de actualizar instagram, está tan
ocupado renovándose como persona y haciéndose a sí mismo que nunca llegará a hacerse famoso. Al fin y
al cabo a quien ponemos ahí arriba no sé merece en muchos casos dicho puesto,
pero que le vamos a hacer, si solo nos sale criticar, darle más coba y hablar
sobre lo que no nos preguntan.










Sigo
preparando complejos de metales de transición pero no me olvido de escribir, ni
de hacer estas sesiones que tanto me gustan. El granate (totalmente
impredecible of course) es uno de mis colores favoritos para invierno y el
resto de estaciones del año básicamente. La camiseta estaba en mi cabeza para
un look así desde hace siglos hasta que por fin llegaron las rebajas, época en
la que aprovecho para comprar básicos y cosas que en principio no suelo
invertir como esta. Ahora es el momento perfecto para planear nuevas sesiones y nuevas prendas así que nos vemos muy pronto con más novedades.
Top: Pull and bear
Pants: Blanco
Botas/Boots: Blanco
Abrigo/ coat: Pimkie
Sombrero/ Hat: Primark