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No hay duda de que todo cuanto buscamos es un equilibrio, un ying yang, y sabéis me he dado cuenta de que querer la perfección es algo que volvería loco a cualquiera en su sano jucio. No hay error más grotesco que buscar esa idealidad de perfección porque ya nos damos cuenta al hacer los cálculos de que algo falla, precisamente, porque la realidad es otra bien diferente. Así hemos llegado a este punto de desesperación, tanteando y escudriñando una belleza idílica que jamás llegará nadie a alcanzar y por ello estará condenado a frustración y desesperación para alcanzar la verdadera felicidad. Es muy típico decir que nadie es perfecto pero creo que aún no le hemos dado suficientes vueltas a esa frase como para que provoque un cambio intrínseco en nosotros y en nuestra manera de ver el mundo, un cambio para dejar ser consumidores constantes de productos para llegar a esa idealidad y poder amarnos a nosotras mismas. El espejo no miente, las que mentimos somos nosotras diciéndonos que no somos suficiente para salir ahí fuera y comernos el mundo, las que nos dejamos inculcar esos ideales de belleza y sobre todo dejamos que nos afecten tanto como para perder el total control de nuestra vida. Os mentiría si os dijera que todas sois preciosas porque no os conozco en absoluto y lo que hace que una persona sea verdaderamente así son sus metas, su fuerza y su esencia indomable y luchadora, no unos ojos azules ni unas caderas en su sitio porque el físico no vale más que para salir bien en una foto. Una mujer que se ve un monstruo en el espejo es la que no es capaz de domar su espíritu inconformista, y se deja influenciar por miradas ajenas, y no es que no sea preciosa, es que no deja serlo, no deja fluir la belleza real porque jamás la veréis sonreír delante de él y esa frustación dejadme que os diga nubla cualquier atisbo de belleza. Sed vosotras, nadie os debe decir cómo debéis ser, la perfección es solo una burda y aburrida idea que ronda por las cabezas de todas nosotras, la belleza real está en quien se acepta y sabe hacer el loco.

Soy incapaz de dejar el grunge de lado para combinar uno de los must de esta primavera en mi opinión, las faldas de neopreno. Me parece un tejido muy innovador y en azul klein con más razón para combinar con cualquier cosa, tengo muchísimas ganas de llevarla sin medias y con un buen tacón en cuanto el tiempo me lo permita. Este tipo de calcetines los llevaba buscando un montón para llevar con deportivas ahora en primavera, espero que os guste y nos vemos pronto con muchas novedades.

Top ying yang: Choies (el mismo aquí/ the same here)

Falda/ Skirts: Choies (la misma aquí/ the same here)

Chaqueta vaquera/ Denim jacket: Vintage

Glasses: Giant vintage (las mismas aquí/ the same here)

FOTÓGRAFO: DIMITRI'S CODE